sábado, 18 de julio de 2015

MadrEAT - Edición julio 2015

Torta de aguja asada al estilo vietnamita con aguacate y encurtidos asiáticos de Chifa
Más de 50 furgonetas se han reunido en esta edición veraniega de MadrEAT, mi tercera visita ya a este nuevo concepto de comer fuera de casa que tan apetecible resulta. ¿Por qué? ¿Qué tiene de distinto y de atractivo que te cocinen en un camión aparcado y que te tengas que coger tú el plato, la servilleta y el vaso, para terminar comiendo sentado en un banco o tirado en el césped? La idea de comer en la calle, el "street food", tan neoyorkina, tan urbana, tan de "tengo prisa, cojo cualquier cosa y me la como por el camino" es el germen, claro está, pero MadrEAT le da una vuelta de tuerca y convierte el concepto, comer informalmente, de bocadillo o en raciones manejables en platos de cartón y sin necesidad de cubiertos, en algo mucho más festivo y lúdico. Dejamos la prisa a un lado, de entrada porque nos vamos al fin de semana (MadrEAT empieza el deseado viernes y termina el domingo) y al tiempo de ocio y esparcimiento. El cliente toma la calle, sí, pero no porque tenga prisa, ni porque esté de paso. Va a propósito a comer comida callejera a un sitio en concreto, igual que el que decide salir e ir a un restaurante. Los jardines de Azca, huérfanos de oficinistas en el fin de semana, cambian de cara y se convierten en un parque bullicioso y lleno de vida, de niños, perros y gente con ganas de probar cosas nuevas. Tantas que, de entrada, te bloquea. Porque la primera impresión que tienes al llegar a MadrEAT es "Dios mío, quiero probar eso, y eso, pero eso otro tiene incluso mejor pinta, no me va a entrar tanto, tendré que elegir, ¿no?" Aturdimiento completo. Sensación de que te estás perdiendo cosas mejores por elegir lo que sea que elijas. Tranquilidad. Es una impresión pasajera, que se cura fácilmente. Consejo: antes de ir, echa un vistazo a la lista de foodtrucks que estarán en Azca y selecciona unas cuantas. No vas a probarlo todo, pero acotarás un poco y piensa que el mes que viene estarán ahí de nuevo.

Rollitos vietnamitas de confit de pato con y salsa honeychili de Kitchen On the Road 
Yo suelo ir los sábados a mediodía, y lo cierto es que este mes se ha notado menos afluencia de gente, lógico al ser julio mes vacacional por excelencia y estar medio Madrid en la playa. Aún así, ambiente muy animado, con la ventaja de sufrir menos las colas que se forman en las furgonetas estrella. Que haberlas, haylas. Pero no hay que dejarse deslumbrar porque unas sean más mediáticas que otras: hay auténticas joyitas en los fogones de las furgonetas más anónimas. Fuera prejuicios y  mejor dejarse guiar por el instinto y las ganas que tengamos ese día. 

Ay, esas patatas de La Virgen...

Sin embargo, con tres visitas ya, una se va haciendo su lista de favoritos, inevitablemente. Me confieso adicta a las Patatas del Callejón de la furgoneta de cervezas La Virgen. Impresionantes. Patatas de verdad, sabrosonas, bien fritas, en una ración abundante y acompañadas con una mayonesa increíblemente buena y la opción de una segunda salsa (habitualmente, un mojo verde delicioso, y hoy una salsa de trufa sorprendentemente rica). Empezar el recorrido con una caña de cerveza Veraniega de La Virgen y una ración de estas patatas es casi obligatorio. Luego, lo dicho: sin aturullarse, hay mucha oferta, sí, pero hay más meses por delante y siempre puedes volver dentro de cuatro semanas.





Se ha corrido la voz por Madrid y alrededores, y el concepto gusta. La gente va, y repite. Ten en cuenta con que va a haber gente, mucha, que seguramente tengas que hacer cola y que no siempre pillarás mesa. Afortunadamente, los jardines de Azca cuentan con abundantes zonas de sombra, algunos bancos, muretes en los que sentarse y, aunque la organización ha dispuesto un buen puñado de mesas con sillas en las que puedes instalarte con las viandas, se llenan rápidamente, claro.

Patitas de calamares con mayonesa cítrica de
El Chiringuito del Sr. Martín + perrito de
Feltman's Hot Dogs + hamburguesa de La Finca
Lógicamente encontramos mucho formato "entre pan y pan": bocadillos, sandwiches, hamburguesas, perritos..., por la comodidad para servir y para transportar hasta la sombra correspondiente, pero también raciones bien medidas en cantidad y en precio (casi todo oscila entre los 3 y los 8 euros). Pero MadrEAT es mucho más que un montón de puestos de bocatas y hamburguesas. Y eso se ve en el primer vistazo. Multitud de tipos de cocina y nacionalidades de lo más variopinto (la lista de furgonetas se puede encontrar en la página de la organización, aquí). Hasta los quesos tienen furgoneta dedicada en exclusiva a ellos (el Cheese Truck, de Quesos La Cabezuela), las bebidas (la anteriorente mencionada La Virgen, los zumos Pura Fruta o la sangría Pichi) y, cómo no, los postres, para cerrar como es debido la comida (varias furgonetas de crêpes, la pastelería francesa de Mama Framboise o las ensaimadas de Formentor). Y no sólo es posible comer en este evento mensual: en la carpa instalada a la entrada, hay demostraciones gastronómicas de cocineros y marcas a las que se puede asistir a lo largo del fin de semana. Aún no he estado en ninguna: lo tengo pendiente para próximas ediciones.

Y como un imagen vale más que mil palabras, las fotos del post son sólo unos cuantos ejemplos de lo que se puede encontrar los terceros fines de semana del mes (en agosto, no, se nos van las furgonetas de vacaciones...) en los jardines de Azca. Aunque no son todos los que están. Terminé con una crêpe de Nutela de Trisk'An, y me la comí con tantas ganas que ¡se me olvidó hacer foto!

Deseando volver ya en septiembre.

Tarta de zanahoria y tarta de chocolate y frambuesa de, cómo no, Mama Framboise














1 comentario:

  1. Este tema del MadrEAT se va a convertir en un must. Muy enganchado al Foodtruckismo :-)

    ResponderEliminar