lunes, 7 de noviembre de 2016

Cocina "convivial"

Foto cortesía de www.shop.telegraph.co.uk


En Francia lo llaman “Cocina convivial”. No tiene traducción exacta, pero se refiere a una cocina que fomenta el encuentro entre amigos o familiares, el buen rollo, incluso. 

Es propia de países más al norte, que salen menos a socializar a bares y restaurantes. En lugar de eso, se juntan en las casas de unos y de otros, debido a:

- El clima: hace más frío, anochece antes, apetece menos. Están acostumbrados a acostarse antes y madrugar más. No invita a trasnochar fuera de casa.
- El carácter. Prefieren lo conocido, la gente amiga o familia que ir por ahí.

Además de comer, luego hacen sobremesas largas, muy largas, charlan, juegan a juegos de mesa, etc…

Regla número 1 de este tipo de cocina y de encuentros: los anfitriones no tienen que trabajar, también tienen que disfrutar del encuentro y de la comida. Eso determina qué tipo de cosas se van a comer.

Hay toda una serie de artefactos o pequeños electrodomésticos para este tipo de encuentros. Algunos han llegado a España, otros no. Todos tienen en común que la persona que recibe a los invitados sólo tiene que preparar los ingredientes y sacarlos a la mesa, porque los invitados van a servirse y prepararse sus propios platos mientras charlan, y nadie estará sirviendo a los demás. Todos son iguales y todos disfrutan del encuentro.

La fondue y la raclette ya son conocidos, y mucha gente tiene una en su casa.

También hay una piedra caliente, como las que te ponen en algunos restaurantes de carne, que se llama en francés “Pierrade”.

Otra modalidad es una plancha que se calienta y sobre la que se ponen pequeñas sartenes en las que cada uno se hace sus pequeñas tapitas de recetas de lo más variado. Como una cocinita de juguete en la mesa del comedor.

Y no olvidemos las crêpes y los gofres. Un aparato que también se pone en la mesa y permite que cada uno (hasta 6 personas) se haga sus pequeñas crêpes dulces o saladas a la mesa.

Pinceladas de cocina malagueña


Foto cortesía de www.palabradestosic.wordpress.com
En la provincia de Málaga, aunque pensemos que sólo hacen bien el pescaíto frito y los espetos de sardinas, hay muchas más cosas ricas que comer. No olvidemos que además del mar, donde se abastecen de pescados, tienen la serrania al lado (con embutidos magníficos) y buena verdura de la vega de Málaga.

Yo hoy he seleccionado cinco recetas de platos que, personalmente, me llaman y seguramente haga en casa. Pero hay muchos más, ¿eh?

Málaga tiene un bocadillo muy especial, que es el “campero”. En un pan parecido al de los molletes, el básico es de jamón york, queso, mayonesa, tomate y lechuga. Luego hay variantes con pollo a la plancha o asado, o incluso atún. Este bocadillo tuesta y se aplana, y se come calentito y con el queso fundido. Ays, madre, qué ganas de probar uno…

Una sopa fría, prima hermana del gazpacho, es el ajoblanco. Aquí el protagonista no es el tomate, sino las almendras (de ahí la blancura). Y también el ajo, claro está. Evidentemente, ligero y bajo en calorías, no es. La almendra es rica y sana, pero también energética. Así que el ajoblanco no es para empapuzarse, pero sí un rico aperitivo que si lo hacemos nos puede durar perfectamente en la nevera 2 o 3 días. Un dato: el ajoblanco malagueño se suele acompañar de uvas, concretamente de la variedad moscatel, ya que el contraste del dulce de la uva con la cremosidad y el picorcillo del ajo de la sopa hacen muy buena pareja.

Otra sopa fría muy típica de esta provincia es la porra antequerana. Una especie de salmorejo, más espeso y contundente todavía, hecha con pan candeal, tomates, pimientos, ajo, vinagre, aceite y sal. Se acompaña de huevo cocido, atún en aceite y jamón serrano picadito por encima, así como de un chorreón de aceite de oliva. La porra antequerana puede ser fría (o “crúa”, como dicen allí), que es la que hemos explicado, o caliente, con los mismos ingredientes, pero caliente y con el acompañamiento compuesto por morcilla o tocino. Ojito con el aceite: hay que echarlo al final, para que la porra quede bien.

El Plato de los Montes es otro clásico de la cocina malagueña. Un contundente plato combinado con el que, según cuentan los que lo han probado, se come más que de sobra, y por un precio muy, pero que muy ajustadito. ¿Qué lleva? Patatas fritas, pimientos fritos, huevos fritos, chorizo frito y lomo en manteca colorá. Una bomba calórica que, por qué no, apetece y no está mal de vez en cuando.

Pero en Málaga no todo es contundencia y calorías, también se puede comer ligerito, de ensaladas. Como la ensalada malagueña. Una refrescante combinación de sabores: patata cocida, bacalao desalado, naranja y cebolleta.

El sobao pasiego

Foto cortesía de www.expoalfindenactiva.es

Los sobaos pasiegos tienen su origen en el Valle del Pas, en Cantabria, donde empezaron a hacerse hará unos 200 años. No es un bollo demasiado antiguo, en realidad.

Son una especie de magdalenas grandes y cuadradas, también con su papelillo individual, que se llama “gorro”, aunque algunos son de tamaños enormes, en comparación con las magdalenas. Los hay pequeños (entre 20 y 40 gramos), medianos (entre 40 y 80) y grandes (entre 130 y 180 gramos). La superficie es tostadita, pero la miga es muy amarilla (por los huevos), la textura es densa y esponjosa, son dulces, aunque no en exceso: en el sabor domina mucho la mantequilla.

¿Por qué ese nombre? Pues porque en origen se hacían con los restos de la masa de pan, a la que se añadían mantequilla y azúcar. Y para incorporar bien estos otros ingredientes a la masa del pan, hacía falta amasar mucho, “sobar” la masa durante un buen rato, para que se mezclara todo bien. De ahí el nombre: Sobaos.

Con el tiempo, se añadió a la masa huevos, ralladura de limón y un poco de ron o anís. A finales del siglo XIX, se cambió la masa de pan por harina, y la receta de los sobaos quedó establecida prácticamente igual que la que ha llegado hasta nuestros días.

La zona de elaboración de los Sobaos amparado por la Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) 'Sobao Pasiego', se encuentra centrada en la comarca del Pas, que abarca la zona geográfica delimitada por los rios Pas y Pisueña y el área de influencia de dichos ríos. Se encuentra, por lo tanto, situada en la zona centro de la Comunidad Autónoma de Cantabria. La Denominación de Origen la tienen desde 2004.

Hay muchas recetas en la red para hacer sobaos. Personalmente, nunca me he atrevido. Porque los sobaos buenos están tan buenos, que tengo mis dudas de poder llegar a ese nivel haciéndolos en casa. Además, son bombas calóricas, ojito con la mantequilla que llevan. Y el azúcar. Así que cuando tengo antojo de sobaos, compro una caja, que duran bastante sin perder esponjosidad, y me los como muy poco a poco.

Mi marca favorita, de todas las que he probado, es Joselín. Tienen una tienda en el mercado de Vallehermoso, para los que estéis por Madrid. Pero sirven a toda españa desde su tienda online.

Y no, no me patrocinan. :-)