lunes, 12 de octubre de 2015

La Semaine du Goût


Nuestros vecinos del norte celebran durante esta semana la "Semaine du Goût", o Semana del Gusto. Una iniciativa muy interesante que pretende difundir la gastronomía y el buen comer desde la más tierna infancia. Animaciones, encuentros con cocineros, degustaciones... Todo ello durante unos días en los que los más jóvenes son los protagonistas. Desde las guarderías a las universidades, Francia se convierte estos días en un escaparate participativo (y delicioso) en el que los grandes cocineros se mezclan con los niños, y los comedores escolares se convierten en selectos puntos de degustación de delicias poco frecuentes el resto del año.

Esta edición, el tema central es precisamente "el placer gustativo". Un paso más allá de la habitual defensa de la comida sana y equilibrada, para esta vez centrarse en el disfrute, en el placer que rodea al hecho de comer y cocinar.

Pero, aunque el punto central de la Semana del Gusto, desde sus orígenes allá por 1990, es la divulgación dirigida a los más pequeños con las "Leçons du Goût" (Las lecciones del gusto), estos días todo el que esté interesado en los placeres de la mesa y de los fogones puede disfrutar de muchas actividades relacionadas con la cocina. Talleres gratuitos por ciudades de todo el país en los que productores, fabricantes, cocineros... compartirán su saber y su oficio con los amantes de la comida ("Les Ateliers du Goût"). Menús en restaurantes por todo el país en torno a un tema (este año es la vainilla y los menús anti-desperdicio).

Una interesante inciativa que han copiado ya en Japón y que no estaría mal que se extendiera a más sitios. Porque un niño que descubre que comer es mucho más que zampar hamburguesas y macarrones será un adulto que sabrá comer y disfrutar con la comida.

La interesantísima página de la Semaine du Goût: www.legout.com
Única pega: está en francés.

viernes, 9 de octubre de 2015

Día Mundial del Huevo: Últimas innovaciones científicas o cuando la cocina entra en el laboratorio


                       
El huevo, ese alimento del que nunca se supo si fue antes él o la gallina, celebra esta semana su día mundial. El 9 de octubre se homenajea a esta frágil, pero poderosa bomba protéica y nutricional, que nos acompaña desde tiempos ignotos en la mesa, y que no ha dejado desde entonces de sorprendernos. Adaptado a infinidad de preparaciones culinarias, dulces o saladas, ahora se alía con la ciencia para ir más allá y dar una nueva vuelta de tuerca.   
Media docena de huevos (en realidad, sólo las claras) según el chef  Mario Sandoval
El Instituto de Estudios del Huevo (IEH), un organismo que intenta difundir sus virtudes nutricionales y promover la investigación en torno a él, ha presentado las últimas novedades, en un esfuerzo de dos equipos de científicos españoles de dotar al huevo de un valor añadido. Importantes y sorprendentes avances en torno a los dos componentes del huevo, la clara y la yema, que pueden favorecer el consumo de huevos en personas que, hasta ahora y por cuestiones de salud, tenían que restrigirlos en su dieta (ese exceso de colesterol que siempre le ha pesado al huevo como una losa podría ser historia dentro de poco).
Tocinillos de cielo... sin colesterol
El ganador del premio a la Investigación (dotado con 10.000 euros) de este año le ha correspondido al equipo de Ingeniería Química y Tecnológica del Medio Ambiente de la Universidad de Oviedo, con el Dr. Benjamín Paredes al frente. Sus trabajos en torno a la yema, separándola en dos componentes, con distintas propiedades, ha conseguido sorprendentes resultados y aplicaciones. Mayonesas, tocinillos de cielo o magdalentas sin colesterol, snacks y aperitivos sin grasa ninguna. Pero no sólo productos alimenticios, sino también con otras aplicaciones: cremas hidratantes, film soluble al agua para cápsulas de lavavajillas o incluso en un futuro próximo células para tejidos para injertos.

La ganadora del premio del año anterior, la investigadora del CSIC Marta Miguel, junto con el chef Mario Sandoval, ha presentado el fruto de la colaboración entre ambos campos, ciencia y gastronomía, en este caso en las claras. Al someter a la clara a un proceso de hidrólisis, se obtienen dos elementos con distintas texturas: uno líquido y otro sólido. Estos elementos han dado el salto del laboratorio a la cocina. La parte líquida, en forma de snacks o aperitivos horneados, de texturas tan crujientes como las patatas fritas de toda la vida. La parte sólida, de textura cremosa, como cremas tipo queso fresco, helados que no se derriten tan rápido como los normales o cremas pasteleras sin grasa ninguna. Como resumía la doctora Miguel, cuando juntamos alimentos con ciencia y con salud, el resultado es una gastronomía saludable.
GASTROCOSAS ha tenido la suerte de probar algunas de las recetas que los chefs Mario Sandoval y Lluis Nel Estrada, colaboradores gastronómicos de los equipos de investigación de Madrid y Oviedo, respectivamente, han realizado con los productos fruto de las investigaciones. Y aquí podéis ver (ya que no probar, aunque unos pocos sí que lo hicimos y os aseguramos que fue toda una experiencia...).
Bombones rellenos de crema de limón y claras.

Crujientes con mucho sabor y nada de grasa
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