jueves, 9 de junio de 2016

La Pecera del Círculo de Bellas Artes. Nueva carta de tapas y cócteles.

Confieso que dos veces en mi vida me he sentado en la terraza del café-restaurante del Círculo de Bellas Artes. La segunda fue ayer, y me encantó disfrutar del cambio, de pasar de mirar a ser mirada por la gente que pasaba por la calle de Alcalá. La primera fue hace más de veinte años, un café, una cita que fue primera y última. No, no voy a hablar de la primera vez, sino de la segunda.

La Pecera, que ése y no otro es el nombre de este sitio con tanta solera (y años, que abrió en 1926), ha presentado una nueva carta de tapas y cócteles, y Gastrocosas ha tenido la suerte de poder probarlo todo. Una carta original, con muchos aciertos y algunos platos demasiado arriesgados, pero en conjunto muy apetecible.

Vamos a echar un vistazo a algunos de ellos. Pero primero, la carta completa.


Vaya por delante que mi favorito fue el único al que no hice foto. Los bastones marinados en miso con salmorejo de almendras estaban tan ricos que cuando quise darme cuenta, me había comido la mitad del palito de bacalao deliciosamente rebozado y con una jugosidad y un punto exacto de sal. Lo mejor de la noche.

Del resto, destacar el tartar de salmón con berenjenas confitadas y mayonesa de tartufo. Teniendo en cuenta que odio las berenjenas y que ahí me gustaron... ¡bravo por el chef! Aunque no puedo olvidar del estupendo cebiche de gambón, qué salsa más buena la de ají y coco con yuca. Me gustó mucho.

Cebiche de gambón
Tartar de salmón y berenjena confitada





















Los platos con base de carne, tanto los flamenquines de presa, rellenos de nueces (puntazo de sabor), queso de cabra y plátano (ese contrapunto dulzón... rico), como el cochinillo (piel crujiente, carne melosa... muy bueno, aunque el chutney estaba demasiado frío, el contraste me resultó algo brusco), también fueron sorprendentes y originales, aunque reconozco que me gustaron más los de pescado. ¿Lo más flojo? Un mar y montaña compuesto por chipirones y manitas de cerdo. La ensalada de vieiras, fresas y remolacha, una explosión de color rojo, pero quizás dulzona en exceso.

Flamenquines de presa ibérica


Cochinillo confitado

En conjunto, unos platos muy apetecibles, ligeros (el formato tapa es perfecto para la tarde-noche), y como remate una carta de cócteles muy variada, que no sólo de gintonics vive el hombre...






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