domingo, 27 de marzo de 2016

Tiendas a granel

Antiguamente, se llamaban “tiendas de ultramarinos”. Porque buena parte de lo que vendían venía de allí mismo, de ultramar. De América, África o Asia. Té chino, café colombiano, bacalao de Noruega o pastas de té inglesas. Otras cosas recorrían menos kilómetros hasta llegar allí: sardinas saladas del Cantábrico, azúcar, polvorones de Estepa, lentejas o garbanzos castellanos. Alimentos que no ocupaban pulcras estanterías en paquetes bien ordenados, sino que venían en sacos, en barriles o en piezas enteras que el señor del guardapolvo que te atendía pesaba, cortaba y envolvía en papeles de estraza color gris. Nada de plásticos ni bandejitas de poliespán.

Esas tiendas agonizaron lentamente hasta prácticamente desaparecer, arrasadas por los supermercados primero y los hipermercados después. Pero ahora, vamos a intentar ver por qué, les están tomando el relevo una nueva hornada de establecimientos que ya no llevan nombres evocadores, y que son bastante distintas en concepto y productos. Algo sí que tienen en común: la venta a granel.


Ventajas:
  • Compras la cantidad que necesitas. Muy útil para hogares unipersonales.
  • Pruebas productos nuevos gracias a la posibilidad anterior.
  • Hay muchos productos ecológicos.
  • Las tiendas son muy bonitas, decoración con gusto, acogedoras, dan ganas de quedarse mirando y llevarse todo. Cuquismo total.
  • Prácticamente todo lo que venden es “one ingredient food”, o sea, alimentos no procesados que sólo tienen un ingrediente, lo que son. Son la base de una nueva corriente alimentaria, la “One ingredient diet”, a base de productos así.


Desventajas:
  • El precio. No son baratas. No hay ofertas.
  • No hay muchas. Hay que desplazarse expresamente. Es mucho más sencillo ir al supermercado de la esquina o aprovechar la compra semanal que planificar ir a una de estas tiendas, a varios kilómetros de tu casa.


En Madrid:


No hay comentarios:

Publicar un comentario